Número 3

2001


¡OH! Poetas
El niño sueña
Mi niña
Las banderas
Tú me traes
Y mis manos
Escribir
La vida
Qué debo hacer









 ¡OH! POETAS

¡OH! Poetas de los desamparos,
poetas de la marginalidad,
decidme:
¿Cuál es nuestra canción ahora?
¿Cuál es nuestra canción,
para el hombre sobre los eriales
y las barriadas del desamparo?
Decidme: ¿Cuál es nuestra voz
que ha de tornarse en canción
para los que escuchan más allá?


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 EL NIÑO SUEÑA

Mi niño,
Que duerme,
Tiene los ojos cerrados
Y sus manitos tiemblan
Como las hojas nuevas
Con el viento enfurecido.
¿Qué sueña?

Mi niño
Que juega en el jardín,
Tiene los ojos encantados
Y sus manitos extendidas,
Como queriendo tocar las flores,
Como queriendo alcanzar las mariposas.
¿Qué sueña?

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 MI NIÑA

¿Mi niña dónde está?
Déjame tocarle su manita siquiera
Déjame sentirle su pielcita
¿Cómo son sus ojitos que están fríos?


Cómo quisiera levantarme y correr tras ella
Traspasar los portales de la muerte
Y volvérmela sollozando en los brazos a la aurora.

Cómo quisiera verla riendo y jugando sobre la tierra oscura
Cada día nuevo una flor quiero besar frente a ella,
Una flor quiero dejar junto a ella,
¡Ay!, Mi niñita dulce que la luz ver no pudo siquiera.


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 LAS BANDERAS


Mástiles sembrados,
como veletas de anhelos,
de voces y caprichos.

Flamean con su estela de latidos,
con tambores,
que repican lutos y osadías.

Se les jura sangre derramar sin medida,
se les hace honores,
se les canta,
se les ama.

Y... cuando yace tendida
en los campos de metralla,
se les iza con honores de batalla,
de vidas destrozadas.

Soy extranjero de naciones,
bandera no tengo,
y canto y amo y vuelo.


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 TU ME TRAES

Amor mío tú me traes,
tú me traes a mi pueblo,
tú me traes a mi tierra
tierra larga y estrecha,
agitándose entre mar y montaña,
entre sequedades y antártico:
como un silbido en la noche
buscando ciego la Cruz del Sur.

Amor mío tu me traes
el surco jadeante y mullido
que grita entre las manos
de mi gente soliana que soporta
entre playas y cerros,
la voz de los valles brotando
como mil dedos y puños oscurecidos.

Amor mío tu me traes,
tú me traes la uva, la guinda,
la breva, la guayaba,
que bendiciendo a mis labios
incendia mis entrañas;
como el bracero de las chozas en las quebradas,
como la hoguera desde la extensión costera,
como aquella pira antigua girando
en las serranías australes.

Amor mío tú me traes
la mirada de las cascadas cumbrereñas
y las lagunas intocadas en las alturas.
Tú me traes las alas, los cantos, el sol,
tú me traes el cielo, la savia, la luz, el fuego,
que giran e inundan a mi tierra querida y lejana.

Tú me traes,
tú me traes amor mío,
el llanto y el dolor
de mi pueblo temblante y telúrico.
Tú me traes a mi tierra amada:
cada vez que te miro, cada vez que te respiro,
cada vez que suspiras y tiemblas,
cada vez que tu desnudez enciende mi cuarto,
y mis ojos heridos se pierden ardidos
en el oleaje volcánico de tus entrañas.


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 Y MIS MANOS...

Y mis manos están quietas
como las calles rectas
que asfixian a las colinas,
como los pensamientos mudos
que la muerte abrupta sepulta,
como las cadenas de injusticias
estrujando los sueños del inocente,
como los márgenes absurdos
deteniendo a los versos incontenibles.


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 ESCRIBIR


Escribir, escribir y escribir...
Como el viento incansable
Sobre la arena queda,
En las nubes y en las rocas.
Escribir como un tornado ebrio
horadando la llanura.

Escribir y seguir escribiendo
Como tomando al verbo
Entre las sienes y el corazón y el abismo
Y desintegrarlo en mil palabras
Que lluevan tuyas y totales
Sobre la inmensidad blanquecina.

Escribir, escribir y escribir...
Escribir más allá de toda medida
Escribir más allá de todo sentido,
Escribir desde la inmensidad del instante
Escribir hacia la vastedad de lo eterno...


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 LA VIDA


El tiempo nos circunda
y como un ave carnicera
nos arroja el rastro de los años
sobre la candidez de nuestra carne
que humildemente soporta
el arremeter vertiginoso de lo inevitable.


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 QUE DEBO HACER


¿Qué debo hacer con mis palabras?
Ahora me caen como las gotas milagrosas
De los desiertos esperantes.
También como los inviernos tormentosos
Que se lo llevan todo y todo se lo llevan.

Y viene a veces el mismo viento
Cortando riscos y levantando espantos.

¿Qué tengo que hacer con mis palabras?

No me digáis el rumbo del agua
Que fluye escondida y reverbera,
No pongáis veletas en mi rumbo,
Que el viento va conmigo y me traspasa.

¿Qué debo hacer con mis palabras?
¿Qué puedo hacer con mis palabras?
Que se trizan en la tierra
y como aspas de piedra oscura
se anudan a las estrellas cardinales.
Y se alzan a los espacios
como mariposas plateadas sin tiempo
que mis ojos ya no alcanzan.



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 Número 2


2000


Es peligroso vestirse de blanco
Sólo tú lo sabes
El viejo libro
Vida
Reclutadores de llantos
Tan sólo quiero
Hoy siento













 ES PELIGROSO VESTIRSE DE BLANCO

Una mañana de abril
Un amigo me dijo
"¡Cuidado, podría alguien confundirte!
Pareces uno de ellos.¿Qué te pasó? "
«No sé, me gusta vestir de blanco...»
Pero verdaderamente...
Soy uno de ellos
En el dolor y el sufrimiento
En el olvido y la soledad
En el rostro de la injusticia
En los ojos mirando el vasto firmamento.
Verdaderamente
Soy uno ellos:
En el latigazo de la sociedad
En la sobrevivencia salvaje y desgarrada
En la herida sin asco de la culpa
En el aguante, en el dolor camuflado;
En la sensación de la miseria
De la entera humanidad.

                                                                      (De “Encierros”)


                     ?

 SOLO TU LO SABES...

Solo tú sabes
Cuantas veces he buscado perderme de mí.
Cuantas veces he alcanzado la región del olvido,
Cuantas noches he vuelto ciego
Apagando la lámpara de toda visión.
Cuantos amaneceres he buscado desesperado
Apagar el sol y las vias que abren los días.
Sólo tú lo sabes...
Sólo tú sabes cuantas veces
he vuelto curvado y rendido
Lleno de lágrimas y lleno de sueños,
Y no sé por qué ni hasta cuando
Esta agonía me acompañe...
Sólo tú lo sabes, sólo tú...


                     ?

 EL VIEJO LIBRO

El macetero dorado
contenía una exuberante planta artificial.
Y todos ellos sobre un viejo libro
de grandes formas,
pero, gastado y humillado...
-¿Qué haces amigo mío
allá abajo como muerto?
¿Es qué no ha habido
otro destino para tus palabras?-
Pareces un muerto en vida,
yo sé que es la ignorancia del hombre
quien sólo puede usarte
debajo de una planta artificial
para adornar su ignorancia.
¿no hubo acaso alguna pregunta
que te levantase desde tu sepultura?
Yo, tan sólo pasaba
y no pude contener mi indignación
ni la admiración, ni la significación simbólica,
ni tampoco el asalto del misterio.
A hurtadillas me acerqué
moví la ostentosa planta
y asi rasgué las cadenas
que te acosaban en el destierro.
Te abrí lentamente
y un chorro amarillo de luz y fuego
brotaba indetenible desde tus entrañas


                                 ?



 VIDA...

¡Vida! ¡Vida!
Intensidad de vida
fuego de huracanes sobre los abismos
cactus resquebrajados sobre los pedregales
volcanes y relámpagos
manantiales y auroras...
Porque todo eso es la vida
y remanso y escarcha y alaridos.


                          ?




 RECLUTADORES DE LLANTOS

La mañana está fría
cae mi corazón a borbotones
como caen las hojas del otoño
entre tanta pobreza y abandono.
Toco a la puerta gastada y opaca,
sólo el silencio contesta
y el caer de las hojas secas:
vuelvo a tocar,
como estremeciendo al bosque...
Unos pasos leves resuenan
desde el fondo del traile
y una débil voz diciendo:
-¡Un momento!-
Me alejo un poco de la puerta
y siento la soledad del bosque.
Veo tanto desperdicio repartido;
que imagino a un ángel saliendo
y transformándolo todo.
La puerta se abre.
Una mujer de gestos lentos
y un niño enteramente desnudo
se escapa gateando
por entre sus piernas.
El mundo en mi corazón da un vuelco;
todo este sistema indetenible
se vuelve mil preguntas sin respuestas.
El niño llora
y llora un llanto que me hiere
también escucho el llanto mudo
de la madre por ayuda.
Mi corazón cae a borbotones
como las hojas secas caen
en medio del silencio del bosque.

                                                                            (De “Migraciones”)

                         ?



 TAN SOLO QUIERO...

Yo ya no quiero al tiempo,
ni al antes ni al después,
no quiero la cuenta,
ni la sucesión, ni la pendencia.
Yo ya no quiero al tiempo,
ni al latir contingente,
ni la temporal cadencia,
no quiero la magnitud,
ni la operación, ni la síntesis.
Yo tan sólo quiero
la redondez infinita de mi alma,
quiero al todo circulándose,
al instante desgranado,
yo sólo quiero la eternidad.

                                    (De “Momentos sobre momentos”)


                          ?


 HOY SIENTO...

Hoy siento que lo único que necesito
para seguir viviendo
Es tan sólo tu mano entre la mía,
Y así perderme sin tiempo
Y emprender para siempre
Nuestro viaje soñado
Más allá de las honduras de la vida.
Más allá de las riberas de la muerte.

                                                               (De “Jardines Amantes”)

                          ?





 Número 1

1999


Raíz
Quiero saber
Haciéndonos uno
Acabame
Escucho













 RAIZ

Así como el agua nace
de blancas alturas
y se precipita
en torrentes al mar.

Así como la savia brota
en impetuoso crecer
de raíces a hojas
y a flor y a frutos.

Busco el existir
primitivo del ser,
la inocencia primera
del trascender y trascender

                 ?

 QUIERO SABER VIVIR

Quiero saber vivir
y no vagar mil prados
cortando flores
sin saber vivir.

El mundo se descuelga
como túnel ardiente
por la cuesta de los días
sin saber vivir.

Me arroba en llantos,
al mirar cada noche
el cielo estrellado
y darme cuenta
que no sé vivir.

            ?



 HACIENDONOS UNO

Te quiero llevar en mis pasos
y el muro que levantamos
los hombre terrenos:
entre el follaje y las manos,
entre el corazón y la rosa;
lo haremos llano florido
y lazos del alma.

Tú eres mi estrella velada,
Cántaro fresco brotado de la tierra,
enjambre de rocíos
destilándose en nuestras lámparas,
mi último respiro,
que me deje en el sepulcro de las montañas:
y las estrellas,
o nos hacen uno
o mi vida se desgrana.


                 ?

 ESCUCHO

Sobre la ventana de mis ojos
A la extensión escucho
Cantar su canto extendido,
Circulando como aspas de aire
Que el viento reparte enloquecido
Sobre las praderas y los ramajes
Desnudos del invierno que se huye.
Canta la hierba desbrotada
Canta la rama sacudida y despierta
Cantan las alas sorprendidas por el
Beso fresco de la musa de la luz,
Mi alma sólo escucha detenida...
Sobre la ventana de mis ojos.

                                                     Kingsville Febrero 15 de 1993.


                           ?



 ACABAME

La soledad del viento
El viento solo
Me acribilla con su fuga,
Dejándome perdido
Oscuro y solo, solo...

Viento,
Viento solitario
Acábame de una vez
En este grito de sepulcro que no termina.
Kingsville Febrero 24 de 1993


                            ?








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ASPAVERSO

Last revised: 17/11/2000